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Óscar Latas: "El pirineo aragonés es Disney, una simple postal"

  • Foto del escritor: operacionexodus
    operacionexodus
  • 14 may 2018
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 4 jun 2018


Jordi Mateu, Paula Rubio

BARCELONA



A punto de llegar a los 50, Óscar Latas Alegre es un autor español en lengua aragonesa. Licenciado en Geografía e Historia y diplomado en Magisterio por la Universidad de Zaragoza, es un firme defensor y teórico de la historia y lengua aragonesa. En la actualidad trabaja como técnico de cultura de la Comarca del Alto Gállego. La despoblación del Pirineo es uno de los temas en que el autor se ha especializado y en el que se ha focalizado este encuentre en un tímido bar de Sabiñánigo.


- Centrándonos en la despoblación del Alto Aragón y haciendo alusión al caso de Piedrafita, han pasado de 80 habitantes a 30 en poquísimo tiempo. ¿Es un problema actual la despoblación en el Alto Aragón?


El tópico es que fue en los años 60, y es cierto que fue en los años 60. Piedrafita por ejemplo está al lado de una de las estaciones más grandes de esquí. Que por una parte podemos pensar que el esquí trae turismo y población y los asienta, pero en un punto muy focalizado. Se focaliza en un barrio, como por ejemplo en Barcelona que el turismo se concentra en las Ramblas, aquí el turismo se concentra en Formigal y Panticosa.

En los años 60 se va al traste todo el Pirineo y los planes de desarrollo. Por otra parte, opinando como historiador, la despoblación es un hecho que se ha dado siempre a lo largo de la historia, aquí hay despoblados del siglo XI, del siglo XIV de cuando venía una pesta, una miseria o un cambio de ciclo y la población se iba. Gracias a ello encontramos ruinas romanas o pueblos abandonados, las poblaciones humanas van evolucionando y se van poblando y despoblando zonas de acuerdo a los intereses económicos, geoestratégicos o si pasaba la ruta de la seda por ahí etc.


- A pesar de ser un hecho progresivo y repetitivo en la historia, ¿dirías que existen fragmentos o períodos de tiempo en los cuales se ve mucho más la despoblación?


Claro y a veces propiciado. Aquí en la comarca existen dos hechos en cuestión que son bastante reconocidos, para bien o para mal según la ética de cada uno. En 1918 comenzó la despoblación en estas zonas puesto que una fábrica de Badalona asentó una fábrica química y a partir de allí en 1925 se implantó una fábrica de aluminio en el pueblo de Sabiñánigo. Necesitaban mucha gente e hicieron un efecto esponja en dicho pueblo. Todas las comarcas de alrededor, por ende, se despoblaron. El caso de Sabiñánigo es uno de los más destacados, puesto que se pasó de tener cerca de 1.000 habitantes a comienzo de siglo XX a tener cerca de 9.000. Los cuales han sido a costa de absorber población y vaciar pueblos.

Volviendo al tema de antes, para hacer esas fábricas se requerían pantanos, esos pantanos echaban a la gente, por lo tanto todo tiene que ver en la despoblación. Tanto aquí como en todo el solar del Valle del Ara, la gente se vio obligada a emigrar y, la pérdida de gente, también fue acompañada de pérdida cultura tradicional.


- ¿Coincide mucho la pérdida del Aragonés con estos fenómenos de despoblación?


La pérdida del Aragonés ha sido provocada, sobretodo, por la dictadura y la Ley Moyano, pero la despoblación es también uno de los factores principales. Cuando llega gente cuya lengua de prestigio es el castellano, poco a poco va desplazando la lengua regional. La gente se pasa a la lengua de poder, a la hablada por los jefes de las fábricas y tu razonamiento es asumir que dicha lengua de poder es el futuro y la que dará trabajo a tus hijos, por lo tanto, a tus hijos les hablas castellano para poder subir en el escalafón.


- ¿Por qué una parte de la gente del Alto Aragón baja a Sabiñanigo y otra decide quedarse?


Sobre todo por temas laborales, pero también personales. El efecto llamada hacía que se moviesen pueblos enteros para conseguir trabajo, y también existen casos de que se compraba el pueblo entero. Estaríamos hablando de la compra de pueblos para plantar pinos.

Sabiñánigo a pesar de ser un sitio de referencia para vivir en el Alto Aragón, hace 10 años perdió población. Ha llegado a tener 10 000 habitantes, porque la gente se censaba aquí mientras trabajaban, pero al igual que vinieron se fueron. La crisis económica se ha notado en Caldearenas o Yesero, por ejemplo, son los más sufridos en cuando a despoblación. Irte a vivir a un pueblo tiene todas las desventajas materiales, no tienes bibliotecas, colegios, bares…


- ¿Crees que los ayuntamientos de la zona están más preocupados acerca de la pérdida económica o sobre la posible pérdida cultural que ocasiona la despoblación?


Sobre todo hay luchas por las escuelas, por ellas matan. Al cerrar la escuela de un pueblo estás condenando su futuro. La vida cultural está más descuidada porque en estos pueblos no es algo que se diga que traerá un dinero inmediato. No estamos hablando de un núcleo urbano donde haya demanda y oferta de todo, sino que aquí, al ser un lugar más pequeño, para que haya ciertas actividades para el público se tiene que estar seguro de que la población las quiere y se acudirá a verlas. Es muy difícil preparar actividades muy culturales en un valle donde lo único que atrae a la gente es el esquí. El turismo es tan fuerte y tan bestia… Formigal está en primera división. La entrada de golpe de tanto dinero líquido en un periodo del año es bueno y malo. Y digo que es malo por los programas de drogadicción en Sallen y Panticosa, las zonas están muy distinguidas y en las zonas con más dinero no siempre se hace un uso responsable de este.


- Estas carencias a nivel social y cultura, ¿las relacionarías con el modelo de desarrollo que se está llevando a cabo en la zona?


El modelo de desarrollo tendríamos que explicarlo desde la creación de las primeras empresas en la zona y su modelo patriarcal y totalitario. Con la llegada del liberalismo y neoliberalismo, las empresas y fábricas cambiaron por completo su funcionamiento pero tampoco evolucionaron a nivel cultural, es decir, si tu padre trabajaba allí tu trabajarías allí también, se puede decir que no te daba muchas opciones o te abría muchas puertas las fábricas de la zona.

Sin embargo, desde mi punto de vista todo cambió desde que se privatizaron las empresas de aquí, tanto la empresa del aluminio como la empresa del acero eran públicas en un principio pero ya no. Por ejemplo, la de aluminio hace los papeles de los bombones de Ferrero Roche y, dicho esto, ya entran muchos más interés que el modelo de desarrollo, como que Donald Trump está abaratando el trabajo con estos materiales y se llegará a importar de allí.


- ¿Hay un punto medio entre los modelos feudales y su mala distribución y los modelos neoliberales y sus exportaciones?


Si no hay un punto medio, que por lo menos haya de todo es a lo que se aspira. Porque si centras toda tu economía en un tipo de actividad económica con un modelo de desarrollo determinado y esta fracasa, la pérdida ganancial será mucho mayor que si en la zona existen otros tipos de actividades con otros modelos, te pueden ayudar a salir del paso. Como una fábrica de quesos, de vino, productos autóctonos que dan pocas ganancias a nivel comarcal pero son ganancias seguras por así decirlo.


- ¿Comparándolo con el pirineo catalán, crees que el alto Aragón tiene posibilidades de mantener su esencia y ser sostenible por si solo?


La gente que viene de fuera quiere ver al campesino rudo, cultivando la tierra, que te enseñe la postal del sitio, pero esto no es así puesto que la sociedad rural va evolucionando y que las civilizaciones rurales sigan viviendo como antaño es insostenible. Mantener la esencia se debería de mantener, no se quiere perder las costumbres, pero si eso nos llevase a no tener que llevarnos a la boca está claro que el mercado evolucionaría por completo. Ambos pirineos son Disney. La esencia se ha perdido en favor del capital y el poder fáctico. Los turistas vienen a ver un el tradicional montaje de el pastor con sus rebaños y sin luz en casa, les atrae la vida rural. Esa vida que ellos jamás vivirían. Se reduce todo a una simple postal de ficción.


- ¿Cuál es el grado de aceptación de este problema? ¿Cómo uno se mueve hacia esa dirección e intenta que la gente entienda que la situación puede ser reversible?


Difícil saberlo, no soy un gurú. Normalmente las cosas se hacen con proyectos piloto que vean que funcionan. En el mundo habrá experiencias que se desempeñen con éxito. Así pues, importar esos métodos a los sitios con problemas de despoblación.


- ¿A qué tipo de proyectos se refiere?


Ecoaldeas, por ejemplo. Una comunidad con el objetivo fundamental de convivir con una sostenibilidad social, económica y ecológica. Movimientos como las ecoaldeas empezaron en los años 80 y 90.


- ¿En qué consiste la ecoaldea?


Apostar por la autogestión, cuidar la naturaleza y chocar con la administración. No dejan que se instalen pilonas de luz, allí que les pongan un sistema de placas solares. No dejan que se asfalte la carretera, no vaya a ser que se les meta todo el mundo, mejor que les arreglen la pista de forma cíclica. Tienen una actitud de integración con la naturaleza y de completa funcionalidad vital.


- En una sociedad como la nuestra, ¿usted cree que la gente accedería a vivir en tales condiciones?


Rotundamente no. Todo el mundo quiere llegar casa hacerse una ducha, encender el portátil y verse una serie en Netflix. No hay que ignorar esa evidencia, las ecoaldeas son proyectos viables si cuentas con una gente de un perfil determinado. Un modelo realista para gente muy concreta. Funcionan por asamblea comunal y eso provoca que todo se autogestione y para eso hay que valer.

A partir de aquí: ¿Puede vivir todo el mundo en una ecoaldea? No; ¿Sólo los hippies? Venga, solo los hippies. Pero el caso es que habrá 20 mil hippies y, si consigues meter a la mitad de ellos en proyectos como este, acabas de meter a 10 mil personas en el pirineo. Poca broma.

El tema está en hacer proyectos que tengan viabilidad. Y si el turismo es nuestra condena, pues aprovechemos para potenciar el turismo rural. Si pretendemos venir aquí a ver el paisano disfrazado con el traje tradicional pues hagamos ecoaldeas, o museos vivos. Para uno en cada valle no, pero igual 2 en navarra, 2 en el pirineo aragonés y 3 en el catalán. Yo creo que la solución son pequeñas acciones.


- ¿Hay ecoaldeas en funcionamiento en la zona?


Hay varias, todas ellas de distinta raza. Algunas de ellas más civilizadas y otras más liberales, que han acabado siendo segundas residencias. Gente de Ibor trabaja en Sabiñanigo. Albañiles, fontaneros, lo que sea. La idea es vivir en el pueblo, no vivir de él. Sin embargo, en Artosilla o en Aineto se vive en el pueblo y del pueblo, aunque tengan que salir puntualmente.

Empezó en los años 80 y hasta ahora siguen funcionando. Por lo tanto, tenemos la capacidad de afirmar que el modelo es realista. ¿Por qué extrapolar el sistema de ecoaldea? Es una posibilidad. Pero a su vez debemos saber que no son la solución del pirineo. Hay que buscar múltiples soluciones, pequeñas acciones que nos permitan rescatarlo de una situación grave.


- ¿No hace falta una estación de esquí?


Sí hay una estación de esquí tienes el valle solucionado, eso está claro. No obstante no es posible construir 30 estaciones de esquí y el objetivo debe ser realizar pequeñas acciones que sean viables.


- ¿Cómo ha afectado la situación económica en España en los últimos años?


La gente está volviendo. La crisis ha afectado muchísimo el planteamiento de éxodo de las gente joven. Lo normal en el alto Aragón es irte a estudiar una carrera fuera y, como no hay trabajo una vez licenciado/a, no hay otra que volver a casa. El caso es que está viniendo bastante gente a buscarse la vida aquí con lo que se le ocurra.

Antes el que se iba no volvía, ahora vuelven de forma forzada. Gente formada que puede aportar proyectos diferenciales a la tendencia de las últimas décadas.


- ¿Cuál es la mayor dificultad al combatir la despoblación?


El sentido del mundo lleva a la atracción de los pueblos. La lógica del funcionamiento de nuestra sociedad es llevar gente donde hay más gente, por una cuestión puramente económica. Es más barato dar servicios a una población que esté concentrada que a una población repartida por diversos pueblos. Cualquier bloque de una urbanización tiene 60 habitantes, que ya supera a algún que otro pueblo. ¿Cómo se puede competir con eso?


- ¿Tiene alguna solución para ello?


La solución es adaptarse a ello. Existe un ideal llamado filosofía de las comarcas que se ocupa de este tema en concreto. El objetivo es crear núcleos intermedios que frenaran la despoblación. Es decir, dotar a 30- 40 pueblos de servicios mínimos para que actúen de barrera para que la gente de los pueblos de alrededor no se vean obligados a partir. No se puede tener un instituto en Panticosa, otro en Sallent y otro en Biescas, pero se construye uno en Jaca y otro en Sabiñanigo para que frene la sangría. La gente siente que tiene un ambulatorio, una ambulancia en la cabecera comarcal o una escuela. La idea viene a ser una cabecera comarcal que de servicio al entorno, una idea muy buena desde el punto de vista filosófico.


- ¿Ha dado buen resultado esa filosofía de las comarcas?


Es pronto para saberlo. Siendo realistas y “achantados”, debemos tener presente que estos propósitos lo llevan personas y las personas estamos encabezados a la prostitución de las cosas. Dicho esto, si aún queda esperanza a largo plazo, desde un punto de vista filosófico la idea es sensacional.


- La cabecera del Alto Aragón es Sabiñanigo


Efectivamente. El objetivo sería que la gente de Piedrafita, Susín o Polituara tuviese aquí un instituto, una escuela de adultos, un centro de la UNEF, un Mercadona… Si no es así, tienes que irte, no hay más.

No se puede exigir militancia a la gente. Se deben proveer unas mínimas condiciones para que el que quiera vivir en su pueblo no sea un héroe. Si no se enfoca así, es que no se entiende nada. Porque la tierra no da, y menos aquí.


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